No hay dudas de que las salidas de Exequiel Palacios e Ignacio Fernández significaron bajas muy sensibles para River. Es que los mediocampistas eran piezas claves en el andamiaje futbolístico del equipo de Marcelo Gallardo, quien nunca los pudo reemplazar. El entrenador no encontró en su plantel ni en el mercado jugadores similares, por lo que fue probando con varios de su lista y hasta incluso debió cambiar de esquema.
La primera de las dos bajas fue la de Palacios, quien emigró al Bayern Leverkusen de Alemania a principios de 2020. Ante esto, la primera opción que manejó el Muñeco fue pasar de aquel 4-4-2, que tan bien le había funcionado, a un 3-5-2. De esta forma, Robert Rojas y Paulo Díaz eran quienes peleaban por un lugar para acompañar a Lucas Martínez Quarta y Javier Pinola en esa línea de tres defensores.
River afrontó las ultimas siete fechas del campeonato 2019/20 de esta manera, con solo Enzo Pérez, Nicolás De la Cruz y Nacho Fernández en el medio. Y con Gonzalo Montiel y Milton Casco como carrileros todoterreno. Más allá de este cambio de esquema, Gallardo cada tanto probaba con algunos futbolistas con la intención de volver a formar cuatro futbolistas en la mitad de cancha.
Cristian Ferreira, Jorge Carrascal y Bruno Zuculini fueron los jugadores que intentaron suplir la baja de Exequiel, pero ninguno terminó de convencer. A su vez, quien solía ingresar también en el centro del campo era Julián Álvarez, que ya empezaba a asomar como posible titular. Más tarde llegó la pandemia y River estuvo varios meses sin jugar. Pero, a la vuelta Gallardo sorprendió con una nueva variante en la disposición táctica.
El Muñeco sacó un defensor y colocó a Julián Álvarez en la delantera, para pasar a jugar con un 4-3-3. Sin embargo, el panorama empeoró cuando Nacho Fernández se fue al Mineiro, a principios de año. Pero esta vez, River fue al mercado y trajo dos volantes: Agustín Palavecino y José Paradela. El primero de estos convenció enseguida al técnico y se ganó el puesto, pero seguía faltando un volante más, por lo que continuó prevaleciendo la línea de tres defensores.
¿Enzo Fernández es la solución?
Claro está que Gallardo intentó hasta el cansancio reemplazar a sus dos motores de la mitad de cancha, pero sin éxito. Ahora, la llegada de Enzo Fernández al equipo podría volver a darle esa línea de cuatro volantes que tanto rindió. Es que el Muñeco planea que los Enzos se repartan el círculo central, y que Palavecino y De la Cruz jueguen por afuera. Lo cierto es que, después de mucho tiempo, Gallardo parece haber llenado el vacío.
