Sabido es que vestir la camiseta de River no es algo para nada sencillo, y más en momentos delicados del club. Esto lo entiende perfectamente Robert Flores, quien llegó como la gran promesa uruguaya, y terminó teniendo un paso frustrado por Núñez. Lo cierto es que luego de dejar el Millonario continuó con su carrera, y ahora comenzó una insólita nueva vida.
Allá por el año 2008, River se preparaba para afrontar el Torneo Apertura, luego de haberse consagrado campeón del Clausura de la mano de Diego Simeone. Con el claro objetivo de repetir la gran campaña y también pelear la Copa Sudamericana, el Cholo aceptó la llegada de Robert Flores, señalado como el sucesor de Enzo Francescoli.
Con solo 22 años y tras haberse destacado en River Plate de Uruguay, el volante generaba grandes expectativas en el club de Núñez. Pero nunca logró adaptarse. De esta manera, así como vino cedido desde Villarreal de España, se terminó yendo en 2009. Apenas tres goles en 17 partidos para el uruguayo, quien fue protagonista de uno de los momentos más flojos del Millonario.
A partir de su salida, probó suerte en Nacional de Uruguay, Palestino de Chile, Deportivo Quito de Ecuador y Sport Recife de Brasil. Así como también pasó por el fútbol de Bulgaria. Finalmente, en 2016 recaló en Boston River de su país, donde decidió finalizar su carrera. “Estaba cansado del ambiente del fútbol, porque veía que los clubes pensaban más en los negocios que en los equipos“, explicó Flores hace horas, mientras inicia su nueva vida lejos de las canchas.
Su pasó por River y la comparación con Francescoli
Ahora, con 36 años, el uruguayo piensa en lo que viene, aunque no cree seguir vinculado al mundo del fútbol. A su vez, sobre su paso por River fue contundente y se refirió a la comparación con Francescoli. “No considero que me haya pesado porque no lo tomé como algo en serio, sino como algo que los medios decían para vender más. Fue una experiencia que me sirvió para madurar“, señaló Robert, quien se dio el lujo de compartir cancha nada menos que con Marcelo Gallardo.
