En el desarrollo del complemento, la hinchada de River comenzó a pedirle a Martín Demichelis que haga los cambios necesarios para intentar quedarse con la Supercopa Argentina. Un canto que no fue en un tono amigable. Algo que no pasó desapercibido en el festejo del gol de Rodrigo Aliendro. Y se abrió un interrogante. ¿Fue una dedicación o se trató de una celebración?
Reaccionó
“Poné a los pibe, poné a los pibes“, empezaron a gritar desde una de las tribunas del Estadio Mario Alberto Kempes. Y el paso de los minutos, expuso una serie de variantes que le cambiaron la cara a River en el campo de juego. Porque una de ellas fue el ingreso de Rodrigo Aliendro, que terminó sacando un zapatazo para celebrar el 2-1 en el marcador.
De manera inmediata, la transmisión oficial se fue con Martín Demichelis y se observó como festejó con gran énfasis el tanto. Lo particular es que el entrenador lo hizo mirando con cierta emoción hacia la platea que estaba colmada por los hinchas de River. Y esto fue motivo de una pregunta en la conferencia de prensa tras la consagración.
“Lo grité porque soy hincha de River. Ustedes hagan la interpretación que quieran. Los goles son amores.”, reconoció el entrenador. Hay que recordar que en la previa se comenzó a tejer una serie de rumores que hablaban de un fin de ciclo bastante anticipado. Porque, en el próximo partido, el Estadio Monumental iba a desaprobar su presencia en el banco de suplentes.
¿Por qué no pone a los pibes?
La explicación es sencilla. Algunos no están en condiciones de sumar minutos en la primera división de River. Y Martín Demichelis lo ejemplificó con Claudio Echeverri. “Ante Independiente Rivadavia quedó tirado en un momento, qué hizo el entrenador, le di más tiempo, y le quería demostrar que no podía terminar bien el partido. No lo saco porque tiro la moneda, tengo que tener paciencia, escuchar poco y nada”, comentó”.
