Llegar a un club con las pretensiones que mantiene River, además de ser un honor, no es nada sencillo. Evidentemente siempre es mejor adaptarse a un equipo en el cual las cosas se están realizando correctamente desde lo futbolístico. O donde el director técnico tenga una idea clara y haya una gran estabilidad como la que mantiene Marcelo Gallardo hace siete años.
No obstante, también la puesta a punto es incomparable, las metas no son las mismas y las pretensiones también son distintas. Por ende siempre es fundamental un periodo de adaptación como lo requiere en este caso el mundo Millonario. Pero eso mismo, también depende de los propios futbolistas, que no siempre tardan lo mismo.
En el mercado de pases de verano, llegaron a River seis jugadores, un número inusual de arribos. Gallardo siempre pretendió sostenerse con los jugadores que ya se encontraban y reforzarse escasamente pero con calidad a lo largo de sus años como DT. Pero ante la falta de competiciones interna y beneficiada por algunas situaciones peculiares, el club decidió traer varios nombres.
A Núñez arribaron Jonatan Maidana –experiencia pura-, David Martínez –el único que se arraigó como titular-, José Paradela, Agustín Palavecino, Alex Vigo y Agustín Fontana. Todos ellos ya mantuvieron su etapa de adaptación. Y ahora que el Millonario tendrá una sola competición en lo que resta del año es un instante presente para que demuestren por qué los fueron a buscar.
Vigo, llegaba de romperla en Colón y la intención de River fue ir a buscarlo con anticipación ante una posible salida de Gonzalo Montiel. Y finalmente se terminó ultimando hace días al Sevilla. Por lo que el deseo del propio futbolista y Gallardo es que vaya amoldándose al mundo Millonario con tiempo y que no sienta la carga de ser titular ante la falta de un lateral.
Los tocayos
Agustín Palavecino fue el refuerzo más complejo de traer, con Deportivo Cali hubo toda una novela que tuvo varios capítulos y por instantes parecía que el ex jugador de Platense no llegaría. Finalmente el proceso fue favorable. Y de todas las incorporaciones, fue el primero que debutó, además el Muñeco confío en él casi sin pestañear y ya sumó varios minutos en los partidos.
Por su parte, su tocayo Fontana llegó desde Banfield como una promesa. El jugador estaba por quedar libre del Taladro y en River sostuvieron que sería una buena apuesta a futuro. En su primer semestre compitió ante dos futbolistas ya experimentados como Rafael Borré y Matías Suárez. Con la salida del colombiano y la buena pretemporada se creía que sumaría más.
Y podría pelear por un lugar con Girotti para ganarse estar como delantero de área. Pero la llegada de Braian Romero le quitó las oportunidades y además una lesión lo marginó varias y largas semanas. Por lo que el Chino sigue batallando por poder alcanzar meterse entre los once y obtener un puesto que cuenta con grandes jugadores en rendimiento.
José Paradela
Y otro de los “nuevos” en el plantel fue José Paradela, quien posee un estilo especial de juego. Es un futbolista que expone gambeta, pase filtrado y hasta remate desde afuera del área. En un comienzo, Gallardo no le dio tantas ocasiones como a sus compañeros que llegaron al mismo tiempo, le costó sumar minutos, pero una vez que lo hizo expuso cosas atrayentes. Ahora intentará ir por un lugar.