De más está decir que Ariel Ortega es uno de los grandes ídolos de la historia de River, y su enorme figura sigue estando presente en los pasillos del Monumental. Su clásico quiebre de cintura, sus gambetas y su magia quedarán para siempre en la memoria de los hinchas. Así como también el golazo que le marcó a San Lorenzo hace 15 años, el cual será recordado “hasta el final de nuestras vidas“.
Más allá del gran amor que une a Ariel Ortega con River, su historia con el club tuvo varios idas y vueltas. Todo comenzó allá por el año 2003 cuando el Burrito fue sancionado por la FIFA y se veía imposibilitado de jugar al fútbol. Finalmente, en 2004 volvió a ser habilitado. Y cuando todos pensaban que recibiría un llamado de Núñez, esto no fue así.
La polémica decisión de José María Aguilar provocó muchos cuestionamientos por parte de los hinchas, y terminó siendo Newell’s el que lo contrató. De todos modos, la idea del Burrito seguía siendo ponerse la banda. Y pudo cumplir su objetivo en el año 2006. Después de haber salido campeón en Rosario, se sumó al equipo que dirigía Daniel Passarella. Aunque su comienzo no fue fácil.
Las lesiones y algunos problemas personales estiraron su debut, pero valió la pena. En la lluviosa tarde del 5 de noviembre de 2006, River recibía a San Lorenzo en el Monumental por la fecha 14 del Apertura, y lo aplastó por 5-0. Víctor Zápata en dos oportunidades y Ernesto Farías habían anotado tres primero goles. Sin embargo, lo mejor llegó cuando Ortega saltó a la cancha, a los 23 minutos del segundo tiempo.
Tan solo diez minutos después, se llevó la pelota por el sector derecho, y la picó ante la salida de Sebastián Saja, marcando un verdadero golazo. Ese momento es recordado aún hoy por los hinchas, sobre todo por el gran relato de Atilio Costa Febre. “Hacelo y me muero, Chango“, arrancó el periodista cuando Ariel quedó mano a mano con el arquero. Y luego lo gritó con una emocionante frase.
“Me voy, basta para mí. Te quiero hasta el final de nuestras vidas. Te amo futbolísticamente. Siempre fuiste mío, Ariel. Este gol no merece mi grito, merece el grito de tu gente“, dijo Costa Febre, mientras Ortega corría para abrazarse con Passarella. Sin dudas, un momento inolvidable para lo hinchas, quienes vivieron una tarde soñada, que terminó con otro gol de Farías para decorar el 5-0 final.