Es demasiado complejo pensar que el de anoche fue el anteúltimo partido de Marcelo Gallardo al frente de River. Porque, finalmente, el entrenador más ganador de la historia del club ya no estará más al costado de la línea de cal. Y esto será a partir del próximo lunes. Pero antes debía cumplir con sus amistosos internacionales y el equipo se impuso 4-3 ante Colo Colo. Y así vivió el encuentro el DT que atraviesa sus últimas horas…
River se impuso 4-3 sobre Colo Colo en el Estadio Sausalito en Viña del Mar y Marcelo Gallardo tuvo una noche muy particular. Porque para él nunca existieron los amistosos y ayer volvió a quedar más que claro. Después de recibir una cálida bienvenida al pisar el césped del estadio, con ovación de los hinchas, el entrenador se centró en el trámite del partido.
En sí, vivió el compromiso con la misma seriedad y energía que le conocemos. Levantó el brazo pidiendo un offside a los pocos minutos de juego, aplaudió los primeros dos goles de Borja y Solari. Y, como no podía ser de otra manera, se fastidió al ver que el 2-2 de Colo Colo había sido en posición adelantada. Al terminar el primer tiempo, charló unos minutos con el juez Roberto Tobar (Enzo Pérez también le habló desde el banco de suplentes).
Mientras que ya en el complemento se dedicó a disfrutar un poco más, sin dejar de estar al tanto con algunas indicaciones. Se dio un sentido abrazo con Juanfer Quintero al salir reemplazado. Pero así también dejó una emotiva imagen con Felipe Peña Biafore, instantes antes de mandarlo a la cancha después de un año sin jugar un duelo oficial.
Gallardo fue el de siempre, auténtico, siempre él. Seguramente se habrá conmovido en el vestuario al despedirse de los jugadores que se van con sus selecciones. No obstante, ahora deberá preparar no solo la táctica, sino también su corazón para un domingo que promete ser demasiado sensible. River enfrenta al Real Betis en Mendoza en lo que será su adiós absoluto.
