Ya son ocho los años que lleva Marcelo Gallardo como director técnico de River, y en todo ese tiempo ha visto pasar muchos futbolistas. Uno de ellos es Martín Aguirre, quien si bien no pudo tener mucha continuidad producto de sus lesiones, disfrutó de varios títulos. Hoy, ya retirado y a la distancia, recuerda con cariño su paso por la banda, y reveló cuál es el secreto del éxito del Muñeco. “Eso me impactó“.
Corría el año 2011, y River estaba atravesando el momento más duro de su historia. Con Matías Almeyda en el banco, el Millonario se preparaba para disputar la Primera B Nacional, y quería armar un plantel de jerarquía. Así fue como, además de contar con la ayuda de Fernando Cavenaghi y el Chori Domínguez, logró sumar a un jugador que venía destacándose en primera: Martín Aguirre.
Junto a Carlos Sánchez, el Gula llegó proveniente de Godoy Cruz, y rápidamente se transformó en pieza vital de aquel equipo que logró el ascenso en 2012. Sin embargo, ya en primera sufrió la rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha, y su carrera cambió por completo. De hecho, nunca pudo recuperarse por completo, y anunció su retiró en 2015.
Pero a pesar del sufrimiento, Gula fue parte del inicio del ciclo Gallardo y tiene en su haber la Copa Sudamericana 2014 y la Recopa 2015. Sin dudas, fueron momentos inolvidables para el volante, quien hace horas destacó al Muñeco en diálogo con La Página Millonaria. “Veía cosas diferentes al resto. Primero su liderazgo, su impronta, y su manera de pararse ante un grupo que venía de ganar con un técnico como Ramón Díaz“, empezó.
Y luego, explicó la dura tarea que tuvo Gallardo cuando llegó. “Era un fierro caliente, había que seguir una línea”, dijo. Finalmente, dio detalles de la labor del DT, y contó cuál es una de las claves de su éxito. “De las cosas que más me impactó fue cuando presento a Sandra Rossi como parte del staff, y que se iba a encargar de la neurociencia. Eso y su liderazgo fueron los pilares“, sostuvo, enalteciendo a la mujer del cuerpo técnico, quien realiza un gran trabajo con los futbolistas. ¡Para aplaudir!