Jorge Carrascal es un jugador de calidad. A su corta edad, siempre intenta exponer su pegada y gambeta. A veces, las cosas no le salen como él espera, pero no se puede negar que siempre la pide y quiere jugar como sea. El hincha espera mucho de él porque asumen que quien vista la 10 de River tienen que romperla en su máximo esplendor.
Sin embargo, los fanáticos deben entender que a esta clase de futbolistas hay que tenerles un poco de paciencia. Ellos suelen equivocarse más que el resto porque son quienes la pelean en todo sentido y más contacto con la pelota tiene. Carrascal vivió en 2021 algo irregular porque lo comenzó muy gratamente –con el arrastre de sus enormes actuaciones de fines de 2020- .
Pero luego bajó su rendimiento, al igual que el resto del equipo. Por eso, el Muñeco decidió que lo mejor era que ingrese en los segundos tiempos para aportar su juego. Así hubo varios encuentros en los que entró y no respondía. Aunque, en la recta final de la Liga Profesional fue sumamente relevante, además de convertir goles –Sarmiento y Newell’s- fue su fútbol lo que más se destacó.
En el día de ayer, no fue la excepción. Ante una chance única de salir campeón contra Racing, mostró con una pincelada exquisita lo que puede hacer cuando está enchufado. Recuperó una pelota que quedó alta y la bajó con una categoría maravillosa. Inmediatamente asistió a Braian Romero que no perdonó y estableció el 4 a 0 final.
El picante cruce con Julián
El colombiano se prestó para bromear desde TNT Sports y tomó el micrófono. Habló con Julián Álvarez y lo retrucó con “la araña que pica”. Luego intentó ponerse serio y le agradeció por todas las alegrías. Aunque, recibió el reproche del atacante porque no lo asistió en el último tanto y Carrasca dijo: “Venías atrás mío y Braian venía gritándome. Tocó pasársela porque si no se enoja”.