Hay partidos que te marcan para toda la vida. Hay momentos que trascienden el paso inexorable del tiempo. Y hay protagonistas que dejan una huella imborrable con sus acciones, voluntarias o involuntarias. Como sucedió con Lucas Pratto hace cuatro años frente a Boca en La Bombonera y un gol sacando del medio que enloqueció a todos los hinchas de River.
El fútbol está lleno de estos compromisos, momentos y participes, pero lo que sucedió en un día como hoy, exactamente hace cuatro años atrás, difícilmente pueda repetirse en la historia. La final de la Copa Libertadores 2018 estuvo acompañada por un clima muy especial. Más allá de tratarse de un River vs Boca y que además estaba en juego el trofeo más anhelado del continente.
Porque ya desde la previa del superclásico se produjo un hecho fortuito que obligó a postergar el duelo de ida. El diluvio que cayó sobre Buenos Aires el 10 de noviembre llevó a trasladar el partido de ida 24 horas más tarde. Los hinchas todavía recuerdan los rodillos con los escudos de River que fueron prestados de formar provisoria para tratar de drenar la cantidad de agua.
Finalmente, el 11 de noviembre mermó la lluvia, salió el sol y hubo fútbol en la Bombonera. Un choque que tuvo muchos condimentos tácticos y estratégicos, como fue la línea de cinco defensores que planteó Gallardo de manera sorprendente. Y la lesión de Cristian Pavón, que cambió el desarrollo del juego, al menos en buena parte de la primera etapa.
Un Boca – River para la historia
De hecho, había sido muy superior al elenco de Guillermo Barros Schelotto hasta el momento que sacó al cordobés y mandó a la cancha a Darío Benedetto. Con un doble nueve en cancha, los locales se pusieron en ventaja a los 34 minutos a través de Wanchope Ábila, con un remate a quemarropa que dobló la resistencia de Franco Armani.
El público del Xeneize, que había arrancado el superclásico algo callado y molesto por la superioridad de River en el trámite, rompió el silencio y celebró el gol del ex Huracán. En algunos casos, fue tan extenso ese festejo que cuando cesaron los abrazos y volvieron a poner el foco en el campo de juego, notaron cómo los futbolistas iban detrás de Lucas Pratto para gritar con todo.
¿Qué sucedió en ese par de minutos entre el gol de Wanchope y la corrida de Pratto? River sacó del medio, Martínez levantó la cabeza, encontró un espacio entre los centrales y habilitó al Oso, que con un derechazo cruzado venció la estirada de Rossi. Sí, en una final, en plano superclásico y en una Bombonera que estallaba por el 1-0.
