La historia de River es muy amplia, y es muy difícil determinar quiénes son ídolos debido a la gran cantidad de enormes jugadores. Labruna, La Máquina en su totalidad, Enzo, Ramón, el Beto, el Burrito, Gallardo y muchos más son y serán por siempre recordados en la historia del Millonario. Sin embargo, hay uno que, si bien no es tan nombrado cuando se habla de los máximos exponentes, debe ser mencionado: Antonio Alzamendi.
El uruguayo, autor de uno de los goles más importantes de todos los tiempos del club, está de festejo. Resulta que Patoruzú, como se lo conoce popularmente, está cumpliendo 65 años. Para entender la importancia de Antonio en la historia de River hay que remontarse a 1986, año en el que tuvo un desempeño brillante.
El nacido en Durazno, Uruguay, llegó al Millonario por primera vez en 1982, luego de defender la camiseta de Independiente. Sin embargo, su primer paso por Núñez no fue del todo glorioso y, a pesar de convertir nueve goles en 30 partidos, partió rumbo a Nacional de su país. En 1986, tras pasar por Tecos de México y Peñarol de Uruguay, Alzamendi retornó a River, y cambió la historia para siempre.
La influencia del uruguayo
En la temporada de su llegada, Antonio se grabó su nombre a fuego en los libros del club. Aquel año, acompañado de un equipo lleno de estrellas como el Beto Alonso, Ruggeri, Héctor Henrique y Nery Pumpido, entre otros, el uruguayo alzó la Copa Libertadores, la primera de la historia de los de Núñez. A pesar de haber finalizado aquella edición del certamen como el máximo anotador del Millo, la gloria máxima llegó tiempo más tarde.
Aquella consagración le otorgo el derecho a los dirigidos por el Bambino Veira de disputar la Copa Intercontinental, ante el Steaua Bucarest. El 14 de diciembre de 1986, en Tokio, Antonio convirtió el tanto que le dio a River el título más importante de su historia. Solamente ese es motivo suficiente para que el atacante sea recordado como uno de los grandes jugadores de la historia del club, pero su influencia, sus rendimientos y sus títulos hacen que el merecimiento sea aún más grande.