Leonardo Ponzio es historia. El capitán eterno de River disfrutó de su partido despedida en el Monumental con excompañeros, glorias del club y amigos de toda la vida. A pura sonrisa, se divirtió al tocar cada pelota, le cometieron un penal que cambió por gol, se puso los guantes y atajó. Pero en el día después del adiós, no dudó en enviar un mensaje y compartir una tierna foto en las redes.
En medio del encuentro, fue todo alegría. Sin embargo, cuando se escuchó el pitazo final de Pablo Lunati llegó el momento más conmovedor de la noche. Las lágrimas en los rostros. Su hija Paula hizo su aparición en el césped del estadio acompañada por Soledad Pastorutti y se fundió en un hermoso abrazo con papá Leonardo Ponzio.
Y horas después del homenaje eligió justamente esa postal para intentar devolver todo el añor que recibió: “Gracias Monumental”, posteó. Luego de escuchar juntos la canción “Brindis” cantada por la Sole, Ponzio, totalmente emocionado, expresó: “Gracias, estoy en deuda con ustedes. Gracias por hacerme vivir una noche mágica, única. Gracias, gracias, gracias”.
Casi sin poder pronunciar palabras en el campo de juego, Leo expresó: “Gracias por venir a compartir esta noche conmigo. Ustedes saben que me pusieron en este lugar a mí, me dieron el valor que a una persona es lo mejor que le puede pasar. Es el valor humano. Gracias a mi familia. Soy adoptado en esta casa. No sé qué decir, tengo mucha emoción”.
Además, se refirió a los hinchas que se agolparon en la cancha y lamentó, a la par, que muchos amigos del fútbol no pudieron estar por diferentes compromisos: “La gente de River nos acostumbró al Monumental lleno. Estoy totalmente agradecido. Faltó mucha gente que me hubiese gustado, como Barovero, Driussi, el Pity Martínez, Alario, entre otros que me olvido. Estaban trabajando, pero me los demostraron en los mensajes que me mandaron”.