A lo largo de su historia, River ha tenido una gran cantidad de futbolistas que han sabido dejar su huella en el club. Pero, además, durante el ciclo Gallardo, esa tendencia ha continuado, y los riverplatenses han visto a brillantes futbolistas defendiendo sus colores. Y si se habla de tiempos recientes, no queda duda de que Marcelo Barovero ocupa un lugar privilegiado.
Con el ascenso a Primera División en 2012, la por entonces dirigencia del Millonario quiso darle un salto de calidad al equipo. Es por eso que salieron a buscar a Trapito, quien por entonces había finalizado su contrato en Vélez. Sin embargo, comenzó siendo suplente de Daniel Vega, hasta que finalmente tuvo la oportunidad de ganarse un lugar como titular.
Estuvo bajo las órdenes de Matías Almeyda hasta que llegó Ramón Díaz, con quien mantuvo el lugar, y conquistó sus dos primeros títulos en el club. No obstante, su momento de auge llegaría con Marcelo Gallardo sentado en el banco de suplentes, y en el marco de la semifinal de la Copa Sudamericana 2014, momento en el que le atajó el histórico penal a Gigliotti.
Posteriormente conquistó la Suruga Bank, la Recopa Sudamericana y la tan recordada Copa Libertadores de 2015. En todas esas competencias, Trapito tuvo un rol principal, y se ganó así el cariño de todos los hinchas de River. Pero a pesar de todo ese amor, el arquero decidió marcharse rumbo a Necaxa a mediados de 2016, dejando así un gran vacío en ese puesto.
Durante su estadía en Núñez, Marcelo Barovero disputó 165 partidos, en los que recibió 143 tantos y mantuvo la valla invicta en 72 de ellos. No queda ninguna duda de que el hombre de 38 años es uno de los grandes emblemas del ciclo Gallardo, pero incluso de todos los tiempos. Es por eso que los hinchas le dan constantes muestras de amor.