Finalmente, luego de un partido en el que comenzó perdiendo, River supo darlo vuelta. Y se consagró campeón de la Supercopa Argentina tras ganarle 2-1 a Estudiantes de La Plata en el Mario Alberto Kempes. El autor para sellar el triunfo y el título fue nada más y nada menos que Rodrigo Aliendro, quien vivió un emotivo momento con su hijo.
No quedan dudas que fue el gol de su vida. Porque nadie imaginaba que, con su ingreso a los 88′ de la final, pudieran cambiarlo todo. Zapatazo y golazo inolvidable para un Rodrigo Aliendro que anhelaba vivir algo así. Y que tuvo la dicha de cumplirlo frente a su pequeño hijo, con quien se llevaron todos los flashes de las cámaras y videos en TV.
La realidad es que, una vez que terminó el partido y ante el grito eufórico de los hinchas, de los jugadores y el cuerpo técnico, Aliendro sorprendió. Corrió rápidamente a buscar a su hijo Mateo, lo hizo pasar entre los barrotes de una de las tribunas, lo alzó y se fundieron en un abrazo cargado de lágrimas. Se pudo ver tanto al pequeño como al fubtolistas totalmente conmovidos.
La felicidad de Rodrigo Aliendro tras convertir
“Es uno de los goles de mi vida junto al de Colón, que también sirvió para un campeonato. Fue un momento único porque justo había entrado, no es fácil entrar en un partido tan intenso. Tuve la suerte que no tenía espacios, le pegué y gracias a Dios entró. Estoy muy feliz”, detalló Aliendro tras la consagración ante las cámaras de ESPN.
Pero, luego, se animó a contar un consejo que le brindan sus compañeros de plantel. Y que tomó en cuenta para que pueda sellar el título contra Estudiantes: “Me dicen que tengo que patear más, no es una de mis características. Por suerte hice caso, pateé y fue gol“, relató Rodrigo. Claro, es una de sus grandes armas, pero que no había logrado concretar en River. Finalmente, anoche ocurrió.
