El semestre acaba de iniciar y se avecina el inicio de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Pero, en River ya están trabajando para moverse fuerte en el próximo mercado de pases. El elenco de Martín Demichelis quiere ser protagonista a nivel continental en este 2023 y el DT podría quiere jerarquía de junio en adelante. Y por eso buscaba a una joya sudamericana, aunque ahora deberá pelear con el Barcelona, que se metió en la pelea. ¿Sueño frustrado?
El primer objetivo en River es poder repatriar a futbolistas surgidos del club que hoy militan en Europa y América. Casos como el de Roberto “Tucu” Pereyra, Manuel Lanzini y Ramiro Funes Mori, entre otros. Hay una gran ilusión en la actual gestión mientras no se apaga el anhelo por Nicolás Otamendi. El central de la Selección Argentina todavía no renovó contrato con Benfica.
Pero además de estas figuras, River también puso sus ojos en jóvenes promesas. Uno de los apuntados es el uruguayo Fabricio Díaz, joya y capitán del Liverpool. El talentoso de 20 años despertó el interés en Núñez y hasta hubo conversaciones informales para intentar entablar una negociación. Sin embargo, desde Europa también pretenden contar con sus servicios.
Mundo Deportivo informó este jueves que, al igual que Flamengo, el FC Barcelona se metió en la pelea por Díaz. No obstante, una problemática ajena a la institución podría favorecer a River. “El Liverpool de Montevideo ha tasado al futbolista en siete millones de euros, una cifra que en condiciones normales no parece desorbitada pero que en la situación actual de de ‘fair play’ del Barça provoca que el club azulgrana parta con desventaja respecto a otros equipos que están pujando fuerte por él“, escribió el portal de España.
De enorme actuación con Uruguay en el último Sudamericano sub-20, Díaz se revaloriza semana a semana. Claramente, desde River no quieren dejar pasar el tren. No obstante, el Mengao también asoma la cabeza y su poderío económico podría culminar con cualquier ilusión. En la lista de pretendientes también está el Villarreal y el City Group. ¿Sueño frustrado?
