Para entender por qué River fue uno de los mejores equipos de mediados de los 90 solamente basta con repasar algunos de los apellidos. Ramón Díaz era el director técnico en aquella época. Estaban futbolistas de la talla de Enzo Francescoli, Matías Almeyda, Hernán Crespo, Juan Pablo Sorín, Germán Burgos y Hernán Díaz. Pero es imposible no pensar inmediatamente en Ariel Ortega y Marcelo Gallardo, dos jóvenes que dejaron en claro que nacieron para jugar ahí.
El Burrito fue uno de los jugadores más ovacionados por el Monumental en las últimas décadas. El equipo salía a la cancha y si estaba él se venía abajo. Miles de personas gritando al unísono por el crack. “No es fácil que la hinchada ovacione a un jugador, cada vez que entraba era uno de los primeros y me daba más fuerzas. Es uno de los recuerdos más lindos que tengo. Les agradezco a todos los hinchas de River”.
A su vez, ambos representan a la perfección la filosofía del club. El Burrito habló en el programa radial Todo Pasa que se emite por Urbana Play. En el mismo, contó que no lo veía al Muñeco como entrenador cuando eran compañeros. Además, se refirió a su gran trabajo en la actualidad: “Nunca fue de hablar mucho, hicimos la carrera prácticamente juntos y no me daba la impresión que iba a ser técnico”.
Por otro lado, agregó: “Con el Cholo Simeone te dabas cuenta y lo veía venir. Lo que está haciendo el Muñeco es algo maravilloso, increíble y es una felicidad para los hinchas de River. Él puso al club donde se merece”. No se cansan de elogiar al entrenador del Millonario. Su principal logro es haber hecho tantos equipo competitivos, con diferentes futbolistas todo el tiempo.
Ariel Ortega y Marcelo Gallardo
Ambos fueron jugadores sumamente técnicos, con una clase impresionante y con mucho potrero. Ambos coincidieron en el Millonario en dos etapas. La primera fue entre 1993, cuando debutó el Muñeco, y 1996, cuando se fue Ariel Ortega. También ya sobre el final de sus carreras entre 2009 y 2010. El cariño entre los dos siempre fue de público conocimiento y la idolatría de los hinchas para con ellos también.