A lo largo de su historia, River tuvo una extensa lista de ídolos. Por nombrar solamente a algunos surgen las figuras de Ángel Labruna, Amadeo Carrizo, Ubaldo Fillol, el Beto Alonso. Más acá en el tiempo Ariel Ortega, Fernando Cavenaghi y hasta Leonardo Ponzio. Pero hay uno que cuenta con una particularidad y gracias a él miles de chicos llevan su nombre: Enzo Francescoli.
El exjugador fue uno de los tantos uruguayos que brilló con la banda roja. La historia de los charrúas en el Millonario ya era totalmente trascendental, puesto que por el club pasaron con éxito Walter Gómez y Luis Cubilla, por mencionar algunos de los más destacados. En 1983, desde Montevideo Wanderers, llegó un talentoso delantero: Enzo Francescoli.
Es cierto que su primera etapa en la institución de Núñez no fue destacable y es por eso que a mediados de 1986, antes de disputar la recta final de la Copa Libertadores, el Príncipe se fue a Francia. Tras jugar para el Racing Matra y el Olympique de Marsella pasó a Italia donde vistió las camisetas de Cagliari y Torino respectivamente.
En 1994 y con 33 años decidió retornar a River y lo hizo con la clara misión de ganar la Copa Libertadores. Enzo brilló desde el primer instante. Ya era un jugador maduro y además estuvo rodeado por un equipo magistral que se acopló a él y lo hizo lucir como nadie. Francescoli se ganó rápidamente el amor de los hinchas a base de goles.
Los mejores años de Enzo Francescoli y el adiós
No caben dudas que lo mejor de Francescoli se vio desde 1996. Enzo fue el líder absoluto del conjunto de Ramón Díaz. Y jugó una Copa Libertadores inolvidable junto a compañeros de la talla de Hernán Crespo, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Matías Almeyda, Juan Pablo Sorín y Germán Burgos, entre otros. Allí se consagró campeón de América al superar en la final a América de Cali.
Pero tras cumplir su anhelo de ganar la Libertadores con el Millonario, el Príncipe tenía más para dar y entre 1996 y 1997 ganó el Tricampeonato –Apertura 96 y 97 y Clausura 97-. Y también la Supercopa Sudamericana contra San Pablo. El uruguayo tuvo un extraordinario nivel. Pero tras su último partido como profesional el 21/12/ 97 comunicó su decisión de dejar el fútbol el 18/02/98.