A lo largo de sus poco más de 120 años, River ha llenado sus vitrinas de una forma increíble. Una gran cantidad de torneos locales e internacionales adornan un palmarés inmenso, en el que destacan cuatro consagraciones de Copa Libertadores y una en la Copa Intercontinental. Pero más precisamente, la segunda conquista del máximo certamen a nivel continental, en 1996, es una de las más recordadas por todos los hinchas, y también por Enzo Francescoli.
En un Estadio Monumental repleto, y con uno de los mejores recibimientos jamás vistos, el Millonario se alzó con la Gloria Máxima frente a América de Cali. Este 26 de junio, se cumplirán 26 años desde aquel campeonato, y Enzo dialogó con ‘ESPN’ para recordar la consagración. “Es el club que más siento, que más me ha dado y que yo más he podido devolverle el cariño de alguna manera, y ganar la Libertadores es único”, aseguró.
Aquel plantel estaba plagado de gigantes figuras como El Príncipe, Hernán Crespo, Marcelo Gallardo, Ariel Ortega, Hernán Díaz y otros tantos más. En relación a ello, Enzo remarcó la gran calidad de jugadores que tenía Ramón Díaz a su disposición. “Teníamos un equipo muy sólido desde el juego, fue un equipo que se fue construyendo de a poco y que en el 96 y 97 tuvo sus momentos cúspides y jugaba muy bien”, afirmó.
El partido definitorio frente al equipo colombiano fue en el Estadio Monumental, en donde no entraba un alfiler. Como no podía ser de otra manera, la imagen sigue grabada en los ojos de Enzo, quien aprovechó la oportunidad para describir el momento. “Fue una final increíble y única. El árbitro tuvo que parar para que se fuera un poco el humo, el apoyo de la gente fue terrible, y de las que viví en la cancha fue la más increíble. Fue de los besos más largos que le di a un objeto”
Por último, el uruguayo rememoró una insólita anécdota ocurrida aquella vez. “Cuando nos estaban dando las medallas y recién me habían dado la mía, me agaché, sentí un manotazo y se rompió la cinta. Me fui para el túnel y vino un policía a decirme que me buscaba un chico que tenía mi medalla. Le dije que lo dejara pasar y me dijo ‘encontré tu medalla, pero dame algo’ y no tenía nada, y le di las canilleras”, concluyó.