¿Años históricos y momentos históricos? Muchos. No obstante, uno de los cotejos más relevantes para River trascendió allá por el 1996 cuando disputaba la Copa Libertadores de la mano de Ramón Díaz y el sueño de volver a conquistarla se hacía presente. Aunque el camino, como la mayoría de las veces, no sería nada simple.
12 de junio de 1996 en el Monumental, River y la Universidad de Chile igualaban sin goles en el partido de vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores. La ida había terminado 2-2 en el Estadio Nacional. Sin embargo, a los 33 minutos, Matías Almeyda convertía el gol para acceder a la final del torneo de clubes más importante de América.
La ida se disputó en Santiago y fue un empate delirante, por 2-2: Salas y Valencia marcaron para el conjunto chileno; Francescoli y Juan Pablo Sorín para el Millonario. En Buenos Aires, River ganó 1-0, con un golazo de Matías Almeyda, quien se tomó revancha del penal errado el año anterior y La Banda accedía a la gran final.
En aquel River de Ramón del `96, cuyo goleador era Hernán Crespo, el distinto Ariel Ortega y el capitán Enzo Francescoli, se rompía el encanto de la semifinal y se cumplía con la regla del 6: River siempre jugaba una final de Libertadores en años terminados en 6 (1966, 1976, 1986, 1996; se cortó para 2006).
Luego de tanto sufrir en esta fase, jugaría la final de la Copa Libertadores y conquistaría el sueño más esperado por el club y sin duda, por los propios hinchas. Frente a América de Cali de Colombia, marcando un global de 2 a 1, alzaría por segunda vez el trofeo más anhelado del continente.