La Confederación Sudamericana de Fútbol le denegó ayer a River la solicitud en la que, ante los veinte casos de COVID-19 en el plantel, entre los que se encuentran los cuatro arqueros, solicitó la sustitución de dos goleros en la lista de buena fe: Leonardo Díaz y Agustín Gómez por Germán Lux y Franco Petroli. Es por eso que los hinchas millonarios no dejaron pasar desapercibida una situación similar que ocurrió con Boca y en la que Conmebol le permitió modificar un arquero de la lista. ¿Por qué lo permitió aquella vez y esta semana no?
Lo cierto es que Boca, en la previa del partido con Santos en Brasil, padeció la lesión de Agustín Lastra, el habitual cuarto arquero del plantel profesional. Luego de los estudios médicos, el juvenil de 20 años sufrió una perforación en un vaso. Es por eso que desde el Xeneize iniciaron las tratativas para poder reemplazarlo en la lista a Lastra por otro arquero.
Al tratarse de una lesión que tendría una duración de alrededor cuatro meses de recuperación, la Conmebol aceptó la petición de Boca de sustituir al lesionado Lastra por Ramiro García. “Se podrá permitir la sustitución de un arquero lesionado durante cualquier etapa de la disputa del torneo, una vez que la lesión hata sido comprobada y certificada por la Comisión Médica de la Conmebol”, indica el reglamento.
A partir de ahí, los conflictos y las controversias con el caso de River con Alan Leonardo Díaz y Agustín Gómez, en la que el ente que rige el fútbol sudamericano no consideró al COVID-19 como una lesión. La definición de lesión en la RAE indica que se trata de: “Daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una enfermedad”.
Luego de la negativa rotunda, Marcelo Gallardo se las deberá arreglar con lo que tiene a disposición, que por el momento, son apenas diez jugadores: Milton Casco, Tomás Lecanda, Jonatan Maidana, David Martínez, Fabrizio Angileri, José Paradela, Felipe Peña Biafore, Jorge Carrascal, Julián Álvarez y Agustín Fontana.