En Mendoza River jugó un partido para el olvido. Ya que sufrió por su poca efectividad y dudas en la última línea. Así quedó a la vista con los primeros mazazos que le metió Independiente Rivadavia, que aprovechó las oportunidades que tuvo y se fue al descanso con dos goles en el marcador. De esta manera empezó una noche complicada, que dejó muchas cosas para replantearse.
Con el 2 a 0 en el resultado Martín Demichelis se vio obligado a mover piezas en su once: permitió los ingresos de Agustín Ruberto y Daniel Zabala en lugar de Milton Casco y Agustín Sant’Anna. Sin embargo al cuadro de Núñez le seguía costando horrores llegar con peligro al área de La Lepra, debido a que le faltó bastante claridad y precisión en los metros finales.
Casi a los 10 minutos de la segunda mitad Demichelis aprovechó el marco del partido y siguió moviendo su banco de suplentes. Así se dieron otras seis modificaciones, que intentaron darle una vuelta al asunto. Estuvo muy cerca de descontar gracias a un recién ingresado, ya que Rodrigo Aliendro metió un lejano fierrazo que se estrelló de lleno en el travesaño.
Pero a pesar de los intentos del Millo, quien encontró un nuevo premio fue Independiente Rivadavia. Fue después de un tremendo tiro libre de Diego Tonetto, que dejó sin ningún tipo de oportunidad a Ezequiel Centurión. Por lo tanto River sufrió un nuevo golpe en Mendoza, y lo que se perfilaba como un amistoso sin mucha importancia, se convirtió en una durísima goleada.
Para colmo las cosas no terminaron así para los de Martín Demichelis: a los 78 minutos, Independiente Rivadavia agarró mal parada a la última línea millonaria por enésima vez y encontró el cuarto. En definitiva, la Banda mostró una versión terrible en Mendoza y se llevó una goleada que además de ser inesperada, enciende todas las alarmas.