Nacho Fernández y José Paradela no son la misma persona. Sin embargo, tranquilamente podrían serlo. Comparten formas futbolísticas, posición en el campo y hasta geografía. Apenas veinte cuadras separan a los hogares de los creativos de River, los dos radicados en la zona de City Bell. Y ahora, hay una conexión que llena de expectativa a todos los hinchas.
El vínculo entre Nacho y Paradela es todavía más estrecho. Aquellos toques que los unen dentro del campo de juego tienen su correlato fuera de ella. Por lógica futbolera deberían ser rivales: el 10 de River nació en Dudignac y José en Quiroga. Dos pueblos bonaerenses que están separados por 100 kilómetros, que integran el mismo partido y la misma liga: la de 9 de Julio.
Sin embargo, el origen de esta relación fue precisamente a partir de un encuentro “Entre Pueblos”. Tal y como se denominó al evento celebrado el 19 de noviembre en la tierra natal de Nacho. Fue él quien invitó a José a ser parte de aquella clínica. Y allí participaron chicos de las infantiles de diferentes clubes de la Liga Nuevejuliense.
Fernández y Paradela todavía no eran compañeros. Nacho recién sellaría su regreso un mes más tarde. Sin embargo, de aquel compromiso se propició una buena relación que se perpetuó. Hoy son vecinos, suelen ir juntos a los entrenamientos y compartir charlas en ese viaje de una hora entre las afueras de La Plata y el River Camp.
Esta amistad ahora se traslada a la cancha y hay expectativa. Porque Paradela disfruta de su renacimiento en River. Se siente acompañado no sólo por Nacho, ahora amigo, sino también por Martín Demichelis. Un DT que le advirtió que no le aseguraría la titularidad, pero sí una oportunidad. La chance le llegó y la pudo aprovechar, y con datos que lo certifican. En 2023 está aportando el doble que en 2022; lo que también lo transforma en un buen socio para Nacho.