Desde su fractura de tibia y peroné en abril por esa patada criminal de Aldair Rodríguez, Robert Rojas sorteó un obstáculo tras otro. Pero lo hizo con una gran virtud, quizá la más importante para no dejarse caer y darle pelea a las adversidades. Jamás perdió la sonrisa y el optimismo, como lo demuestran las últimas imágenes que subió River. Y, hoy por hoy, así avanza su recuperación.
La realidad es que se encuentra más estable que hace un tiempo, cuando debió volver al quirófano. Allí, le retiraron los cerrojos utilizados para tratar la fractura por fuertes dolores e inflamación en la zona. Pero ahora, Robert Rojas vuelve a pensar en su reestreno. No será hoy ni mañana -de hecho, no hay fecha estipulada por el cuerpo médico-.
Sin embargo, el lateral sabe que en 2023 volverá con todo para tomarse revancha. Por lo pronto, avanza con su puesta a punto en el River Camp cumpliendo con cada uno de ejercicios estipulados. Por estos días, sabiendo que no hay chances de volver a la brevedad y que le depara una pretemporada larga junto al plantel, no hace falta intensificarla. Porque Rojas evoluciona y todos lo ven cada vez mejor.
Aunque desde la segunda cirugía no dejó de pasar por Ezeiza, en los últimos días se intensificó gradualmente el trabajo liviano monitoreado por los profes y el cuerpo médico y de kinesiólogos. Esto significa realizar labores básicamente de gimnasio, acompañados de un trote muy light por el campo a modo de complemento. Y por el momento, no más.
En esta situación, la idea será llevarlo paso a paso. Por eso, en vez de mandarlo a la cancha tan pronto como sea posible, la idea principal es llevarlo a Reserva. O, también, usarlo en los amistosos de pretemporada para que pueda adquirir ritmo. Mientras tanto, Gallardo, que lo extrañó desde el momento de su salida, lo espera ansioso…