Nadie imaginaba similar fiesta en la vuelta de los hinchas al Estadio Monumental. River jugó un partido descomunal ante Boca. Lo borró de la cancha desde lo futbolístico y le ganó 2 a 1 con un doblete de Julián Álvarez. La tarde tuvo de todo: cánticos contra el eterno rival, ovaciones a los ídolos. Pero sobre todo, el recibimiento más importante de todos: el de Marcelo Gallardo,
De esta forma, tanto los futbolistas como el propio entrenador volvieron a sentir el calor de los fanáticos. Entre la euforia de los goles y la victoria obtenida, el Muñeco vivió una jornada especial. Tanto así que se fue hasta con lágrimas en los ojos. La realidad es que nadie sabe qué pasará luego de diciembre, pero los miles de espectadores hicieron notar ese amor eterno.
“Gallardo es de River y de River no se va”, se escuchó en la previa y también después del encuentro ante el Xeneize. En el medio de la incertidumbre por si continuará o no al mando del Millonario, la gente le dejó en claro al Muñeco que el futuro en el club es con él al frente. Igualmente, la decisión final se conocerá una vez que finalice su vínculo.
Cuando su nombre salió de manera unísona por el alto parlante, el Monumental se vino abajo en aplausos. Y durante todo el tramo del partido se cantó el famoso “Muñeco, Muñeco”. Y lo más emotivo fue en el final, con el técnico mirando a los hinchas mientras gritaban por él, con los ojos vidriosos y las lágrimas a punto de caer sobre su mejilla.
Gallardo y la corbata de Labruna
Solo él sabrá si fue su último superclásico o no, pero hace mucho tiempo no se veía tal demostración de cariño y amor después de un partido así. Pero sobre todo, nunca se lo vio tan emocionado como hoy. El Muñeco, además, se vistió para la ocasión y llenó de orgullo a todos los hinchas cuando utilizó en este encuentro una corbata en honor a Ángel Labruna.