Su ausencia se hizo notar en los encuentros en cuanto a la creación, pese a que el último encuentro finalizó por 4-1. Ante Sarmiento e Independiente, principalmente, faltó un jugador que pueda hacer ambas funciones: crear y finalizar. Matías Suárez, por su lesión, tuvo que ausentarse y el equipo lo sintió.
Ingresó en el complemento, a los 11 minutos para ser exacto, por Jorge Carrascal. El colombiano había tenido un interesante comienzo e incluso recibió varios foules, pero se fue quedando. Con el 0-0 que parecía inamovible, Marcelo Gallardo metió al cordobés para hacer la diferencia, y pese a no tener el ritmo habitual, lo logró siendo parte del gol.
En la totalidad, disputó 34 minutos luego de 3 encuentros sin poder sumar y, en uno, logró ir al banco, pero tampoco ingresó. Desde que entró, probó por varias vías, pero ninguna sirvió. Realizó un remate, pero no fue al arco como también ganó solo 2 duelos de los 6 que disputó. Pero los jugadores de jerarquía, como Matías Suárez, siempre tienen una jugada para marcar la diferencia.
El gol llegaría por el sector izquierda, por el cual se recostó el cordobés ex Belgrano. La pelota le llegaría sobre la posición de wing y, en puntitas de pie, avanzaría esperando a que pase Fabrizio Angileri. Allí es donde su jerarquía apareció, sin mirarlo, le pone un pase al fondo de la cancha acorde a la velocidad con la que llegaba el lateral.
Allí Fabrizio Angileri centra, y cuando está por definir Julián Álvarez, Emanuel Méndez se convierte el gol en contra. Un jugada que parece sencilla, pero es poco vista en el fútbol argentino. El cordobés ingresó en el complemento y logró ser parte del gol que tanto buscó River, pero que no encontraba. Para colmo, fue la primera jugada donde Angileri desbordó llegando desde atrás.