El coronavirus fue el gran protagonista del semestre en River. 22 futbolistas del plantel, más algunos miembros del cuerpo técnico contrajeron el virus. Afortunadamente, la gran mayoría de ellos se recuperó sin inconvenientes. La excepción fue Paulo Díaz, quien junto a Enrique Bologna fueron los únicos dos futbolistas a los que el virus les dejó efectos secundarios adversos.
El defensor chileno fue parte de la primera tanda de contagiados, el 15 de mayo, en la previa del Superclásico ante Boca. Una vez que se cumplieron los diez días de asilamiento, Paulo se realizó los estudios pertinentes para descartar secuelas. En dichos análisis, los resultados indicaron que el marcador central padece una leve miocarditis, la cual le impedía volver a entrenarse.
Esta patología refiere a una inflamación en el miocardio, el tejido muscular del corazón. Y es por esto que los médicos todavía no le dieron el alta definitiva al jugador. Sucede que realizar un deporte de alto rendimiento como el fútbol podría ser muy peligroso para Díaz. La recuperación del futbolista marcha algo lenta, por lo que podría perderse el inicio de la pretemporada de River.
La recomendación de los médicos ante la miocarditis es realizar un reposo deportivo por tiempo indeterminado. Es decir que no hay una cantidad de días estimada para que la inflamación desaparezca. Incluso, algunas personas tardaron más de un mes en recuperarse. Si este fuera el caso del chileno no llegaría a la vuelta de River a los entrenamientos, pactada para el 16 de junio.
Paulo Díaz había sido convocado por la Selección de Chile para jugar la doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas, pero no pudo estar presente. Además, es prácticamente un hecho que se perderá la Copa América, que comienza en pocos días. Ante este panorama, lo único que le queda al jugador es esperar evolucionar de la mejor manera para volver a ocupar un lugar en la zaga central de River.