Se cumple un nuevo aniversario de una de las consagraciones más inolvidables en la historia de River. Hace 25 años, el club de Núñez levantaba por segunda vez la tan preciada Copa Libertadores en un torneo que avasalló de principio a fin. Aquel equipo, dirigido por Ramón Díaz, todavía perdura en el recuerdo y en la mente de miles de hinchas.
El mundo entero fue testigo de uno de los mejores e imborrables recibimientos dentro de una cancha de fútbol, cuando el Estadio Monumental se vino abajo en la aparición del conjunto Millonario en la final ante América de Cali. Y en aquel plantel estaba un joven futbolista llamado Marcelo Gallardo, que también tuvo la dicha de gritar campeón.
Al momento de disputar la Copa Libertadores de 1996, el Muñeco tenía solo 20 años. Y con 17 había debutado en la Primera División: en abril de 1993 ante Newell’s. Pero poco importaba la cantidad, porque su nivel lo preponderaba a hacerse un lugar en el equipo, aún con la gran cantidad de figuras que había: Enzo Francescoli, Hernán Crespo, Ariel Ortega, entre tantos.
Durante aquella competición el Muñeco fue parte en siete partidos, todos ingresando desde el banco de suplentes. En la primera jornada ante San Lorenzo ingresó 10 minutos en lugar de Sorín. Más tarde en el triunfo ante Minervén de Venezuela por la segunda fecha sumó 29 minutos y luego otros 12 más ante Caracas de visitante. En ambas ocasiones sustituyó a Gabriel Amato.
Luego se perdió seis partidos: tres de fase de grupos, los octavos y la ida de los cuartos de final y regresó frente al Ciclón en el Monumental, donde se fue expulsado a instantes de haber ingresado. Sumó 12 minutos en la vuelta con Universidad Chile y disfrutó los minutos más memorables para la final: el Muñeco jugó 12′ en la ida ante América de Cali y cuatro en la vuelta.