Miguel Borja fue una de los últimos refuerzos más rutilantes del exitoso ciclo de Marcelo Gallardo como DT de River. En un principio generó muchas expectativas en su arribo procedente de Gremio. Sin embargo, ni con el ex DT tuvo los rendimientos que se le esperaban ni con Martín Demichelis logró continuidad. Por eso, el delantero tomó una importante decisión.
Miguel Borja fue quien convirtió en el Superclásico. Allí asumió la responsabilidad de patear en un momento muy pesado del partido. Sobre todo, porque recién ingresaba desde el banco el penal que le dio el triunfo a River sobre Boca en El Monumental. Esto, obviamente provocó un nuevo enamoramiento con los fanáticos del club.
Pero, otra vez quedó afuera del equipo titular en la visita a Talleres, que tuvo a Rondón como titular. Poco pudo hacer a su ingreso para torcer el desenlace con derrota. La descollante aparición de Lucas Beltrán como goleador y la postura de Demichelis de afrontar la mayoría de los partidos con cinco mediocampistas, no lo favorecieron.
Por esto, Borja tomó la decisión asumir algunas responsabilidades especiales con el fin de recuperar terreno. Según trascendió, desde hace un tiempo el delantero le pidió al cuerpo técnico si podía entrenarse en doble turno. Aunque el resto del plantel no lo hiciera, él sí. Y, obviamente, recibió una respuesta positiva. Además, quiso comenzar a hacer otros trabajos específicos de índole neurocognitiva en un centro de alto rendimiento.
Así, Borja incorporó nuevas herramientas en busca de mejorar algunas áreas de su conducta dentro de la cancha, como por ejemplo la tolerancia al error, la autoconfianza y el control de las quejas. Esto expone que no se trata de un entrenamiento tan orientado a la parte física, sino más bien mental y sensorial. Esto, clave para revertir un presente futbolístico con el que evidentemente no está a gusto.