Julián Álvarez salió ovacionado a los 26 minutos del segundo tiempo, en un Mundial de Qatar soñado para él. Sí, allí está acompañado por sus padres, sus hermanos y su novia, más otros amigos. Fue titular con Polonia y convirtió, y ahora de nuevo contra Australia, en octavos de final. Ese 2-0 tuvo el sello de aquellos equipos que formaba con Marcelo Gallardo, pero ahora con Lionel Scaloni y otros protagonistas. Pero, más allá de esto, sin saberlo llegó a una marca histórica.
Fue una noche a pura locura y también sufrimiento para toda la Argentina. Un partido que estaba controlado, terminó con mucho suspenso pero clasificando a los de Lionel Scaloni. Una de las grandes figuras, sin lugar a dudas, fue Julián Álvarez. Otra vez de lo más incisivo en el ataque junto a Lionel Messi y marcando un tanto más que determinante.
Ese grito de Julián se forjó luego de una presión asfixiante en la salida. Sí, una que empezó con De Paul. Por derecha, apretó a uno, obligó que la tocara para atrás y fue por él, y ese mismo australiano buscó al arquero. Ahí fueron a buscarlo Rodrigo y Julián, quien provocó el error del 1 y no perdonó con una gran definición: de media vuelta, para clavar el segundo.
No había jugado un claro primer tiempo Julián, incluso Scaloni le había pedido que jugara más en el centro, en el área. Lógico, todo esto fue lo que sucedió en todo el equipo. Ya en el complemento, buscó su gol con esa presión alta y se le dio. Y Julián sigue de racha, volvió a demostrar que tiene personalidad, que no se asusta y que está para enormes cosas.
Tanto así que llegó a una marca histórica en Mundiales. Con su gol a Australia, Julián se convirtió en uno de los argentinos más jóvenes en marcar en un partido de eliminación directa de dicha competencia. El último que lo había conseguido es muy conocido en la Selección y en River: Gonzalo Higuaín allá por 2010. ¡Fenómeno, Juli!
