El 2022 de River lejos está de ser el mejor o el imaginado antes del comienzo del año. El elenco de Marcelo Gallardo cuenta con uno de los mejores planteles del país y llega a fines de septiembre sin pelear las grandes competencias. Y un llamativo dato en el ámbito doméstico que expone por qué mantiene un andar irregular. Así le fue, en condición de local, en la Liga Profesional.
Sin haber tenido una buena Copa de la Liga, habiendo sido eliminado en octavos de final de la Copa Libertadores ante un equipo como Vélez y además casi fuera de la lucha por la Liga Profesional, es decepcionante. El único objetivo concreto del año para River es ganar la Copa Argentina y por lo menos dar una vuelta olímpica en este 2022.
Este año, para River, estuvo marcado por una irregularidad permanente tanto en el juego como en los resultados. Es cierto que no siempre se puede ganar todo y que hay malas rachas tienen todos los equipos. Pero en el equipo que comanda Gallardo, últimamente están sucediendo cosas poco habituales en muchas cuestiones.
Un claro ejemplo es la falta de rebeldía para dar vuelta un resultado y muchos errores colectivos. En lo que respecta estrictamente a la Liga Profesional no deja de llamar la atención es el flojo rendimiento en condición de local. Y que este año River, absolutamente todos los encuentros, los jugó a estadio repleto, con un apoyo impresionante de los fanáticos.
Los de Gallardo en total disputaron diez partidos como local en lo que va de la Liga Profesional. En los cuales ganó cinco, empató uno y cayó en cuatro oportunidades. Dos de esas cuatro derrotas se dieron de manera consecutiva en las últimas dos jornadas disputadas en el Monumental, fue la caída por 2 a 1 ante Banfield y la derrota por 1 a 0 contra Talleres.
