Con una enorme calidad y aparente facilidad para definir similar a la de Julián Álvarez, Santiago Simón volvió a ser un jugador trascendental para River. Claramente, por sus constantes virtudes para entregar cada pase con precisión absoluta, con mucha inteligencia y categoría para asistir a sus pares. Ante Alianza Lima consiguió una marca descomunal.
Frente al elenco peruano, el Millonario selló una goleada con ocho goles en el resultado. Y de esa manera, se aseguró un lugar entre los mejores primeros clasificados a los octavos de final de la Copa Libertadores. En el desarrollo del compromiso, el nivel de la Araña fue sorprendente. Pero el volante juvenil sorprendió a todos de manera sobresaliente.
En el 8-1 contra Alianza Lima, el jugador de 19 años sumó su quinta asistencia al oriundo de Calchín: el futbolista más chico del plantel de Marcelo Gallardo, alcanzó la novena asistencia en los 45 partidos de su incipiente carrera. Así, se convirtió en el mejor del semestre, con seis, en esta faceta del juego tan meritoria como los goles.
“No sé si había bajado mi nivel”. Si bien Santiago Simón no reconoció su evidente bajón de rendimiento, no fue casualidad que el Muñeco lo haya reemplazado con Pochettino y con Palavecino. El pibe de Tortugitas había perdido ese tinte particular, aceleración, intensidad y profundidad en el carril derecho, aunque este pasado miércoles eso cambió.
Y para la frutilla del postre, festejó su tercer gol en la máxima división del Millonario. Todos en este semestre, e incluso le dijo a Gallardo públicamente en la conferencia posterior al cotejo que “¡Tengo que hacer más!”. Ésa es la actitud y convicción que pretende el técnico, sobre todo en los más jóvenes. Y Santi, le demostró que entendió el mensaje.