A lo largo de su historia, River ha tenido un sinfín de jugadores de renombre mundial. Desde Alfredo Di Stéfano y La Máquina, pasando por el Beto Alonso y Francescoli hasta llegar a los más recientes. Sin embargo, hay pocos antecedentes similares al de Mario Alberto Kempes, quien arribó a Núñez en uno de los mejores momentos de su carrera.
El Matador es uno de los grandes emblemas de todos los tiempos del fútbol argentino, y nada se puede discutir al respecto. Su momento de máximo esplendor fue en 1978, cuando fue goleador y mejor jugador de la Copa del Mundo disputada en Argentina. Pero, además, el delantero estaba atravesando un gran momento en Valencia, cual en el cual se encontraba desde 1976.
Lo que probablemente poca gente imaginaba era que tres años después de aquella cita mundialista, Kempes se pondría la banda. Tras la llegada de Diego Maradona a Boca, desde River no se quedaron atrás, y consiguieron la contratación de quien hace algún tiempo atrás había hecho feliz a todo un país. Y aquel movimiento de mercado dio sus frutos.
En el mismo año de su llegada, el Matador fue una de las grandes figuras del Nacional de 1981. En la histórica final frente ante el Ferro de Griguol, el goleador convirtió el tanto que le daría el vigésimo título al Millonario. De esa forma, Kempes se ganó el cariño de todos los riverplatenses, y pagó con creces los 130 millones de pesetas que se habían pagado por él.
Sin embargo, en 1982 las cosas se complicaron, y River no podía pagar lo que restaba para llegar a los 300 millones. Por tal motivo, Mario Alberto Kempes tuvo que retornar al Valencia, donde continuó su carrera profesional. Este 12 de marzo se cumplen 41 años de la vez que desde Núñez rompieron el mercado y contrataron a una de las grandes figuras a nivel mundial.