¿Cuál es el refuerzo por el que más expectativas hay en River durante este tiempo? Probablemente sea Fabricio Bustos o Juanfer Quintero. Aunque por lo bajo, en el cuerpo técnico aguardan ansiadamente por otro jugador, que en los últimos tiempos no estuvo dentro de la cancha por una lesión que lo marginó demasiado: Matías Suárez.
El cordobés es contenidamente la gran incorporación y salto de calidad para Marcelo Gallardo. Y que junto a sus colaboradores proyectan para el equipo que viene de salir campeón en la Liga Profesional y el Trofeo de Campeones. Lo cierto es que así como pasa con alguno de los llegados, al regreso del delantero de 33 años también lo rodean incógnitas.
La realidad es que en el arranque de la pretemporada, Suárez todavía no trabaja a la par del grupo: sólo se acopla al resto de sus compañeros en los trabajos de fuerza. Luego, sigue diferenciado, con Felipe Peña Biafore. Pero este miércoles también lo hizo con Paulo Díaz, quien sostenía algunos síntomas leves y concluyó con un PCR negativo.
Desde el Millonario asumen que la evolución de Suárez, que fue operado el 12 de octubre por la sinovitis en su rodilla derecha marcha bien. Por lo que, en plazos medianamente acordes esté con sus pares. Aunque son prudentes y no quieren apurarlo para no sufrir contratiempos. El plan es claro: a medida que pasen los días lo irán exigiendo gradualmente.
De esta forma, observar cómo responde su rodilla. Pero, por lo pronto, el Muñeco todavía no puede contar a pleno con el atacante que, antes de que comenzara con sus problemas físicos era con consenso el mejor del fútbol argentino. La expectativa del DT es llegar a juntar al 7 con Julián Álvarez para formar una delantera magistral de cara a la próxima Copa Libertadores.