Agustín Palavecino llegó desde Deportivo Cali como uno de los refuerzos que más expectativa generaba. Este jueves, tuvo la dicha de coronarse campeón de la Liga Profesional con la camiseta de River. Aunque tuvo cierta particularidad para el jugador de Marcelo Gallardo que sumó una nueva estrella, esta vez dentro de la cancha.
Porque el volante se sumó a la extensa lista de jugadores del Millonario que fueron resistidos, rezongados, murmurados también. Pero que por el gran labor de la mano del Muñeco pasaron a ser aplaudidos primero, codiciados después, idolatrados más tarde. Ahora, disfruta de esta obtención junto con un nivel alucinante con gol incluido frente a Racing.
El mediocampista que pasó por Platense, no llegó a la categoría máxima del rezongo al amor como ahora sucede con Milton Casco o De la Cruz. Pero con el grito del campeonato que convirtió frente a la Academia en el choque decisivo sumó un puntos fundamentales para ganarse el corazón del hincha riverplatense que siempre es exigente.
En el caso de Palavecino fue muy particular. Hasta tuvo una doble tarea: amoldarse al mismo tiempo a la exigencia del River del Muñeco y a la del fútbol argentino. El salto lo consiguió en este torneo, después de un arranque satisfactorio con un gol a Boca en el clásico que se jugó en marzo. Pero después le costó, porque el Millonario también estaba buscando una nueva identidad.
En ese desequilibrio circunstancial es difícil pisar firme para cualquier futbolista, claramente. Pero tuvo entereza, Gallardo le encontró su lugar en la campo, más cerca del arco rival. Para que sea decisivo en el último toque, sin tanto compromiso en el armado, que ahora ejercía más Enzo Fernández llegando bien de atrás. Y eso lo cambió todo.