La partida de Nacho Fernández de River dejó un hueco difícil de llenar en el Millonario. Es que el zurdo era una pieza clave en la estructura de Marcelo Gallardo y su ausencia se sintió mucho en este semestre. Tras cinco años en la banda, el ex Gimnasia emigró al fútbol de Brasil, donde ya comenzó a tener los grandes rendimientos que se le conocieron en Núñez. Uno de ellos se observó en la jornada de ayer, en el marco de la Copa de Brasil.
Nacho llegó a River a principios de 2016 para tener su primera experiencia en un club grande de la Argentina. Si bien los comienzos no fueron fáciles para el volante, de a poco empezó a agarrar confianza, hasta convertirse en figura indiscutida del equipo. Finalmente, luego de rechazar varias ofertas en mercados de pases anteriores, Nacho decidió irse al Atlético Mineiro en enero.
Así fue como el mediocampista de 31 años llegó al fútbol brasilero para sumarse a un conjunto plagado de figuras que se armó para ganar la Copa Libertadores. Muy poco tiempo le costó al jugador afianzarse en el once titular del equipo Galo, ya que, juega con un estilo similar al de River. Tan bueno es el nivel del platense en sus primeros partidos que ya es muy querido por los torcedores de Mineiro.
En la noche de ayer, en un encuentro correspondiente a la ida de la tercera ronda de la Copa de Brasil, el exjugador de River tuvo su noche soñada. El 26 jugó en un nivel superlativo y ayudó a su equipo a vencer al Remo de la Serie B. A los 14 minutos comenzó la función de Nacho cuando le colocó un gran pase a Hyoran para que señale el 1-0. Pasados los minutos, Fernández seguía enchufado y hacía jugar a su equipo.
Luego, sobre el final del primer tiempo, convirtió su gol tras una gran jugada colectiva que realizó con Hulk, la gran estrella de Mineiro. Nacho lleva 14 partidos con los Galos y 4 goles, lo que demuestra su rápida adaptación al fútbol de Brasil. Ahora, el zurdo querrá mantener este nivel para cuando le toque enfrentar a Boca por los octavos de final de la Copa Libertadores. Mientras tanto, todo River lo extraña.