No caben dudas que aquella final de Madrid en 2018 quedó en la historia de todo el mundo River. Pero aún más, el zurdazo que Juanfer Quintero clavó en arco de Esteban Andrada significó un punto de inflexión total. El gol del colombiano, para muchos, es el más gritado en los 120 años de vida del club, cambió para siempre la vida de los fanáticos.
Tanto es esto, que llevaron su pasión por ese momento trascendental hasta el límite. Algunos eligieron inmortalizar su figura en la piel, pero Ezequiel Bolini eligió hacerlo de otra forma muy especial. Hincha de River desde que tiene memoria, muy pequeño, es el protagonista de una de las anécdotas más interesante que ahora comparte con sus amigos.
“Me sacaba los dientes para faltar al trabajo y poder ver a River”, reconoció, en diálogo con Diario Olé. Los años no cambiaron la pasión por el Manto Sagrado. Luego conoció a Noelia Vergara y la familia que amaba los colores de Núñez se agrandó con Charo, Isabella y Francesco (en honor a Francescoli). Y post final en el Santiago Bernabéu, la pareja tomó una decisión.
“Siempre me gustó Juanfer, pero ese gol me marcó. Dijimos que si teníamos otro hijo varón le íbamos a poner su nombre”, detalló. Finalmente, el 15 de noviembre del año pasado nació Juanfer Enzo, que llegó a este mundo en un momento impensado. Por aquel entonces, en el Millonario se ilusionaban remotamente con una posible vuelta de Quintero desde el Shenzhen.
“Vino con Quintero bajo el brazo, ja. Además, justo se dio la continuidad de Gallardo. Fue todo perfecto”, expresó Ezequiel, emocionado y ansioso por volver a alentar a Juanfer, ahora con su tocayo en los brazos: “Lo estaba esperando. Tenía la ilusión de que volviera. Hasta que no llegó a Buenos Aires no me quedé tranquilo. Espero verlo jugar muy pronto”.