Enrique Bologna es uno de los jugadores que sin duda, sigilosamente se ha vuelto importante en el plantel de River. El arquero renovó su contrato durante 2020 en el parate del fútbol por la pandemia del coronavirus. En su momento, Enzo Francescoli, manager del club de Núñez, manifestó lo importante que era emocionalmente para el grupo.
Sin embargo, en aquel masivo contagio de coronavirus en River, el jugador junto a Paulo Díaz fueron los más afectados, puesto que ambos quedaron con secuelas de la enfermedad. El chileno carga con una miocarditis, por lo que continúa con el proceso de recuperación, mientras que Beto, sufrió una neumonía que hasta el día de hoy lo relega, por lo que analiza culminar su carrera.
El arquero llegó a River a mediados del 2016, con 34 años y libre de Gimnasia. Esto sucedió a mediados de 2016, cuando Marcelo Barovero dio un paso al costado de Nuñez para ir a jugar al fútbol mexicano, en busca de un nuevo rumbo. Si bien llamó la atención cuando arribó al Millonario, su gran relación con los futbolistas del grupo evidenció un aporte que más allá de lo futbolístico era desde lo humano.
Bologna lleva 5 años vinculado al club. Su actuación más relevante fue en la final de la Copa Argentina 2017, ante Atlético Tucumán: el Millonario le ganó a los tucumanos y logró un nuevo título en el ciclo Gallardo. Y su primer penal atajado, ante Godoy Cruz por la Copa de la Liga Profesional, cuando volvió a disputar un cotejo tras ocho meses y fue figura partido a partido, con varias intervenciones fundamentales.
El arquero carga consigo siete vueltas olímpicas en River, integrando los planteles que ganaron las Copa Argentina 2016, 2017 y 2019, además de las Recopa Sudamericanas 2016 y 2019, también estuvo en la Supercopa Argentina de 2018 cuando River venció por 2 a 0 a Boca y en la Copa Libertadores del mismo año… ¿pondrá punto final?