Se sabe que el fútbol son momentos, y que cada partido está compuesto por jugadas determinantes. Por supuesto que en la histórica final de 2018 entre River y Boca hubo varias de estas, y Franco Armani fue protagonista de una de las más importantes. El arquero le tapó un mano a mano a Darío Benedetto en la ida, y ayer mandó un claro mensaje al respecto.
Antes de toda la locura vivida en Madrid, River y Boca salieron a jugar el partido de ida de la final de la Copa Libertadores. Fue el 11 de noviembre de 2018 en la Bombonera, y el equipo de Marcelo Gallardo sabía que debía llevarse un buen resultado para definir en el Monumental. Esto finalmente ocurrió, y la banda logró empatar 2-2, aunque no hubiese sido posible sin Franco Armani.
Además de que mostró seguridad a lo largo de los 90 minutos, tuvo su momento soñado en la agonía del partido. Con la igualdad ya puesta en el marcador, Boca buscaba con todo la victoria, y Carlos Tévez dejó solo frente al arco a Darío Benedetto. Sin embargo, el delantero se topó con la tremenda figura del Pulpo, quien le contuvo el grito de manera espectacular.
Luego, el Millonario terminó imponiéndose en Madrid, y su gran atajada forma parte de la historia. Así lo entiende el propio Armani, quien explicó su reacción anoche, en los festejos por el tercer aniversario de Madrid. “Fue una jugada muy rápida, tuve que tomar la decisión en un segundo. Gracias a Dios, cuando fue a definir me jugué con todo el cuerpo. Me pegó en la pierna la pelota”, dijo el 1.
A su vez, dejó de lado su modestia por un instante, y soltó una frase con chicana escondida. “Se hacía muy difícil si metían ese gol“, tiró Armani, quien había llegado al club en ese mismo 2018. Por otro lado, también tuvo tiempo para agradecerle a la gente que se acercó al Monumental para “disfrutar de este momento tan maravilloso”.