Al inicio de la pandemia por el coronavirus, ante el parate lógico que se comenzaba a estipular, la dirigencia de River tomó la decisión de comenzar a dar inicio a un proyecto que venía siendo pospuesto desde hace bastante tiempo pero que era uno de los principales objetivos de Marcelo Gallardo: renovar por completo el césped del Monumental.
Tras varios meses de trabajos continuos, el Millonario ahora cuenta con uno de los mejores campos de juego de Sudamérica. Asimismo, apostó por la contratación de un césped híbrido el cual fue impuesto por una empresa irlandesa “SIS Grass”. Entre tantas novedosas tecnologías que se colocaron por debajo del campo de juego sobresale el sistema de succión forzado, inyección de aire y control de temperatura.
Luego de las bajas temperaturas que se observaron estos últimos días en la provincia de Buenos Aires, River informó públicamente que emprendió un novedoso método de control subterránea para equilibrar de manera constante los cambios toscos de temperatura, lo que permite conservar el paso en inmejorables condiciones.
Dependiendo de la estación del año, este sistema ya sea para la calefacción o refrigeración, lo hará directo a las raíces del campo de juego a través una red de cañerías de agua enterradas a 20 centímetros del nivel del césped. La misma tiene una longitud cercana a los 17 kilómetros y comprende toda la superficie de la cancha.
Es decir, que para este frío de invierno, River podrá elevar la temperatura del agua para climatizar la zona hasta los 50 grados. Y en el caso de la estación en verano, se puede contener hasta los 5 grados. Para que el agua se mantenga a temperatura firme y llegar a las décimas necesarias se instalaron un total ocho equipos chillers, equivalentes a una instalación industrial.
