En la Fecha de los Clásicos de la división de la Reserva, River se despachó con una goleada letal frente a Boca en el predio que posee en la localidad de Ezeiza. Una que contó con el doblete de Agustín Ruberto, además de los goles de Franco Mastantuono y Enzo Aguirre. “Un minuto de silencio”, cantaron los pibes en los festejos en pleno campo de juego.
Lo dio vuelta y goleó
La crónica del encuentro expone que Boca comenzó ganando a los 23 tras un descuido de la defensa en una pelota parada. No obstante, el espíritu no se perdió y los jugadores fueron hacia adelante. Al punto que en un lapso menor a 15 minutos se registraron tres goles. Los cuales tejieron la victoria parcial por 3-1 en el final de la primera etapa.
Mientras que en el inicio del complemento, por medio de un disparo desde el punto penal, River consolidó el 4-1 en el marcador. El resto del encuentro fue anécdota donde el rival buscó reducir de gran manera la posibilidad de que la goleada se extienda un poco más. Por otro lado, las salidas de Franco Mastantuono y Agustín Ruberto permiten pensar que estarán ante Rosario Central.
Una vez que el árbitro celebró el final de Superclásico, los jugadores de la Reserva de River se reunieron en la mitad de la cancha y comenzaron a festejar un merecido triunfo. “Un minuto de silencio para Boca que está muerto”, entonaron y repitieron varias veces. Algo que se extendió dentro de las paredes del vestuario mientras la gente alentaba en las tribunas.
Con invitados sorpresa
En un costado, el cuerpo técnico de Martín Demichelis y los jugadores del plantel profesional se quedaron observando los 90 minutos del duelo que los jóvenes afrontaron. La presencia del entrenador es importante. Porque permite entender que le está realizando un seguimiento a la Reserva para evaluar quién se encuentra en condiciones de subir a primera.