Otro fin de semana marcado por las polémicas arbitrales en el fútbol argentino. El clásico entre Independiente y Racing había despertado controversia. Pero ahora, la durísima patada que Brian Aguirre le pegó a Leandro González Pirez terminó de demostrar que los árbitros no están atentos a nada. Sobre todo, los que se encargan del VAR en la Liga Profesional. El mundo River estalló.
Brian Aguirre, extremo de Newell’s, comenzó a apilar jugadores por derecha, la adelantó de más y González Pirez llegó primero a la pelota. Aguirre, con la envión que llevaba, le terminó encajando una patada durísima al defensor de River en la rodilla. Sin mala intención, pero una acción que claramente tuvo que ser sancionada con expulsión porque fue con plancha.
El árbitro Hernán Mastrángelo lo amonestó y se quedó esperando la revisión por parte del VAR, comandado por Leandro Rey Hilfer. Pasaron algunos minutos, en la cabina apoyaron la decisión del juez en solo mostrarle la cartulina de color amarilla y dejaron seguir. Era una roja clarísima y River fue perjudicado en el primer tiempo en Rosario.
Antes del Newells-River, esto sucedió en Avellaneda
Tras el 1-0 de Independiente, llegó el empata de Racing con polémica. Un pelotazo largo de Jonathan Gómez hacia Facundo Mura encontró un agujero en la última línea del local. Vallejo lo cargó de atrás y el árbitro cobró penal a favor de los de Fernando Gago. Lo que es claro en la acción es que el futbolista del elenco de Ricardo Zielinski lo empuja al lateral derecho y es infracción.
Pero el contacto se inicia fuera del área y el lateral cae adentro. Por ende, se trataba de una falta fuera del área penal y la sanción era un tiro libre directo. No hay explicación para justificar por qué en este caso no corrigió el VAR ante la certeza de las imágenes. Aunque la transmisión mostró otros enfoques durante el entretiempo para darle soporte a Falcón Pérez, es claro que el contacto terminó antes de sobrepasar la línea.