Al hablar de grandes ídolos de la historia de River, lógicamente no se puede ignorar a Ariel Ortega. El Burrito es un prócer en Núñez, y se ganó el amor eterno de la gente gracias a su magia dentro de la cancha y a su carisma. Sin embargo, a lo largo de su carrera, también vistió otras camisetas, incluso en el fútbol argentino. Y justamente, en el día de hoy se cumplen 17 años de su último regreso al país.
Ariel Ortega debutó en la primera de River en el año 1991, y rápidamente se metió en el bolsillo a los hinchas con su clase y gambeta. El Burro se convirtió en uno de los jugadores más desequilibrantes del fútbol argentino, y después de levantar la Copa Libertadores 1996, emigró al fútbol europeo. Valencia de España fue su primer equipo en el viejo continente, aunque su periplo continuó.
Primero, pasó a la Sampdoria de Italia, donde tuvo un nivel descollante, mientras ya se destacaba en la Selección Argentina. Pero finalmente en el 2000, tras una corta estadía en el Parma, volvió a River. En su segunda etapa en Núñez jugó mejor que nunca, y cosechó varios títulos más. Sin embargo, en 2002 firmó por el Fenerbahce de Turquía hasta junio de 2006.
El Burrito aceptó este exótico desafío sin imaginar lo que le costaría, a tal punto que solo aguantó ocho meses allí. Ariel aprovechó una fecha de Eliminatorias con la Selección Argentina para venir al país y no regresar más a Turquía, lo que le valió una fuerte sanción por parte de la FIFA. Concretamente, Ortega debió pagar una importante multa y fue suspendido de la actividad hasta 2004.
En este contexto, el Burrito quedó algo relegado en el mapa futbolístico, y cuando todos creían que su regreso se daría en River, fue Newell’s el que lo trajo. Así fue como el 12 de septiembre de 2004, Ariel debutó en la Lepra del Tolo Gallego en un empate 1-1 ante Banfield. A pesar del dolor de los fanáticos Millonarios, a Ortega le fue muy bien en Rosario, donde ganó el Torneo Apertura. Y finalmente, en 2006 volvió a vestir la banda.