Los años recientes de River han estado marcados por muchas cosas. No solamente por los títulos que ha logrado Marcelo Gallardo como entrenador, sino que también la gran cantidad de jugadores significativos que han vestido La Banda. Algunos de ellos continúan en el club, mientras que otros han tenido que irse por muchos factores. Sin embargo, hay uno que se diferencia del resto por una cosa: Rodrigo Mora.
El uruguayo ha sido uno de los símbolos de la última década del Millonario. El delantero llegó al Millonario en 2012 y, a pesar de que hoy en día es muy querido, también debió pasar por momentos muy difíciles. En agosto de aquel año, un poco conocido Mora arribó a Núñez a préstamo, procedente del Benfica de Portugal. Lo que nadie sabía en aquel momento, era que el atacante fuera a tener tanta trascendencia.
Tal es así que Morita entra en el selecto grupo de jugadores que han tenido la posibilidad de disputar un partido de despedida en el Estadio Monumental. Tan solo Norberto Alonso, Enzo Francescoli, Ariel Ortega, Fernando Cavenaghi y él pueden presumir de haber podido tener el Antonio Vespucio Liberti a su disposición. Y justamente, este 13 de julio, se cumplen dos años de aquella vez.
Con un recinto repleto para despedir al yoruga, y con futbolistas realmente importantes, los hinchas de River vivieron una fiesta en Núñez. Resulta que el principal atractivo era que se enfrentaban los últimos dos plateles campeones de la Copa Libertadores: los de 2015 y 2018. Los simpatizantes riverplatenses se agolparon en el Monumental para presenciar la última función de Rodrigo.
“Decían que no iba a poder jugar más, pero volví y lo hice un año más para estar en la historia grande del Club con la final en Madrid. Ahora quiero tener una noche para agradecerle al hincha de River en la cancha”, había manifestado el delantero en la presentación del cotejo. Y finalmente pudo concretar aquel agradecimiento, y los hinchas se lo devolvieron con el aliento desde las tribunas.