En horas del mediodía de ayer se confirmó que la final de la Copa Libertadores se va a llevar a cabo en el mítico Estadio Centenario de Uruguay. Una decisión que se filtró hace un par de días, pero que carecía de una confirmación oficial. Y Alejandro Domínguez, presidente de CONMEBOL, explicó por qué se eligió esta sede y no el Monumental como se esperaba.
“Con una envidiable situación sanitaria, Uruguay está listo y el Centenario empezará una remodelación para las finales únicas y seguirá con miras a la Copa del Mundo 2030”, arrancó el mandatario en su cuenta personal de Twitter. Y profundizó: “Uruguay tiene un acelerado ritmo de vacunación contra el COVID 19. Ya en julio, más de la mitad de su población estará inmunizada, lo que lo convertirá en uno de los países más seguros del continente”.
Hay que recordar que la Banda Oriental dispone de unos 3.46 millones de habitantes. Y hasta el día de hoy se encuentran vacunadas 1.2 millones de personas con una sola dosis. Mientras que 900 mil disponen de las dos inoculaciones. Si la campaña mantiene este ritmo, el número de ciudadanos inmunizados contra el coronavirus será más de la mitad del total en el mes de junio.
Además, no hay que perder de vista que el gobierno de Uruguay logró que la CONMEBOL pueda adquirir 50 mil dosis de la firma Sinovac para vacunar a jugadores profesionales. Por ende, los elementos mencionados llevan a que la elección de este país para la final de la Libertadores sea más una devolución de favores. Y también porque que se buscará que dicho encuentro pueda contar con la presencia de gente en las gradas.
Por otro lado, tampoco se utilizará el Estadio Monumental como sede de la edición del 2022. Ya que Alejandro Domínguez confirmó que el escenario elegido es la casa de Barcelona de Ecuador. En consecuencia, esto genera que los hinchas de River deban esperar para recibir la final de la copa en su propio hogar. Tal vez la cancha pueda ser elegida cuando las remodelaciones esten al 100%.
