Marcelo Gallardo analizó la noche de la eliminación de River en los octavos de final del Torneo Clausura, brindando una conferencia de prensa de 16 minutos marcada por una inusual y brutal autocrítica. Tras la derrota 3-2 sobre la hora ante Racing, el “Muñeco” no eludió la responsabilidad por el pésimo trimestre que atraviesa el equipo, el derrumbe futbolístico y la “incomodidad” de depender de resultados ajenos.
Gallardo no maquilló el panorama del segundo semestre: “Fue un trimestre muy malo, no dimos el salto de calidad, no ganamos los partidos importantes como en otra época. No dimos la talla”, reconoció visiblemente molesto, admitiendo que el golpe en Avellaneda simboliza el colapso. El DT habló de un año que “no se pudo sacar adelante”, señalando que el equipo se apagó mental, física y futbolísticamente tras la serie con Palmeiras en la Copa Libertadores.
“Antes de eso teníamos dos derrotas en el año; después… pasó de todo,” resumió, prometiendo una revisión profunda con su cuerpo técnico. El entrenador asumió toda la responsabilidad por los errores cometidos: “Seguramente fallé. Soy muy autocrítico. Mi autocrítica es personal, no vengo a desnudarme acá ni a exponer a nadie. Me pongo al frente. Cuando las cosas salen, soy responsable; cuando no salen, también”, manifestó.
Ruidosas palabras de Gallardo
Aunque reconoció el malestar por cerrar el año dependiendo de otros, definiendo la situación como “incómoda,” fue tajante respecto a su futuro: “No le voy a escapar a este momento. Si alguno está esperando eso, está equivocado”, sentenció, confirmando que estará “acá” al frente del proyecto. En su discurso, el DT de River deslizó un anuncio importante sobre el futuro inmediato del plantel.
Una frase en particular llamó la atención: “Nos volveremos a reunir en dos días y comunicaremos lo que haya que comunicar el miércoles”, clamó. Esta declaración de Gallardo apunta directamente a decisiones drásticas que se tomarán antes del inicio de la pretemporada, pactada para el 20 de diciembre. El plan es claro: habrá una profunda revisión, una “limpieza” necesaria y la idea de “liberar las cabezas” para comenzar la reconstrucción de un equipo competitivo.



