Marcelo Gallardo, aparentemente, caminaría por la cuerda floja en el presente, debido al mal momento de River. El equipo vio cómo sus aspiraciones de salvar la temporada se esfumaban tras la reciente eliminación de la Copa Argentina, un resultado que subraya el rendimiento irregular del equipo.
A pesar de que aún persiste una remota posibilidad de alzarse con el Torneo Clausura, la derrota en Córdoba confirmó el peor momento de Marcelo Gallardo como entrenador. Una vez finalizado el encuentro, donde los jugadores fueron blanco del repudio de los hinchas presentes, el técnico asumió la responsabilidad por el bajo nivel exhibido por el plantel. En la conferencia de prensa posterior a la caída, se mostró autocrítico y reconoció la validez del enojo de los simpatizantes.
“La gente tiene razón en manifestar su descontento. Hemos sido un equipo que no identificó a la gente, y eso es responsabilidad de quien les habla. No estuvimos a la altura de partidos decisivos, estuvimos en deuda en ese aspecto”, expresó el estratega. Sin embargo, una de sus frases posteriores resonó con particular fuerza, desatando una controversia interna. El “Muñeco” deslizó un comentario que, según BOLAVIP, fue interpretado por miembros de la Comisión Directiva como una crítica hacia su accionar.
Momento tenso en River, con Marcelo Gallardo en la mira
El técnico lamentó: “En este momento de mierda, acá afuera no hay nadie que te espere para darte un abrazo ni llevarte a algún lugar”. Esta declaración habría sido entendida por algunos directivos como un reproche directo a su falta de apoyo visible, especialmente a la luz de las declaraciones previas de Jorge Brito sobre el análisis de la continuidad del cuerpo técnico.
Según el medio antes mencionado, pese a la posible fricción generada por los dichos de Gallardo, la cúpula dirigencial de River optó por mostrar su respaldo inmediato a los futbolistas. Los directivos acompañaron a los integrantes del plantel hasta el micro, no solo saludándolos, sino también con gestos de apoyo más explícitos. Específicamente, Brito (actual presidente) y Stéfano Di Carlo (candidato a presidente) se hicieron presentes para abrazar personalmente a los jugadores en un claro intento de contener la crisis anímica.



