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River en la Liga

El debut de River ante Platense: un inicio del Torneo Clausura que deja más preguntas que respuestas

El Millonario tuvo su primer partido en el torneo, ante el último campeón.

Fútbol

El Torneo Clausura encuentra a River lleno de obligaciones, después del fracaso en el Mundial de Clubes y otro mercado de pases con incorporaciones rutilantes. Días atrás vivimos el debut del equipo de Marcelo Gallardo ante Platense, y todo representó un debut con más preguntas y respuestas, con mucho trabajo para encarar en adelante.

El frío aire de julio en Buenos Aires se cargaba de una expectación más que percibible. Este domingo 13 de julio de 2025, el Estadio Monumental, vestido con sus mejores galas, abrió sus puertas para el inicio del Torneo Clausura. El rival, Platense, no era uno más en el calendario. Era el primer escollo en el camino de redención de un River Plate herido.

La reciente y decepcionante participación en el Mundial de Clubes, donde el equipo no logró superar las semifinales, había dejado una cicatriz en el orgullo de los hinchas y una sombra de duda sobre el conjunto millonario. Por ello, este debut no era solo un partido; era un termómetro para medir la fortaleza anímica, la cohesión táctica y el hambre de gloria de un equipo que posee la obligación de reinventarse.

El ambiente preliminar era una mezcla de apoyo incondicional y exigencia máxima. La multitud aguardaba por una declaración de intenciones, una victoria contundente que disipara los fantasmas y reafirmara su candidatura al título. Enfrente, un Platense envalentonado por su histórica consagración en el Torneo Apertura, su primer título en 120 años de historia, llegaba a Núñez sin nada que lo pudiera afectar, dispuesto a demostrar que su éxito no fue una casualidad. El escenario se encontraba listo para un duelo que, al final del día, dejaría más interrogantes que certezas.

Un dominio infructuoso: la crónica de River-Platense

El Primer Tiempo: un monólogo sin premio alguno

Apenas se produjo el pitazo inicial del árbitro, el guion del partido pareció escribirse bajo los dictados de Marcelo Gallardo. River se transformó en dueño del balón con una autoridad abrumadora, instalándose en campo rival y sometiendo a Platense a un asedio constante.

La presión alta, marca registrada del ciclo Gallardo, funcionaba a la perfección para recuperar la pelota rápidamente, ahogando cualquier intento de salida limpia del conjunto visitante. Ignacio “Nacho” Fernández, como suele pasar, se erigió como el cerebro del equipo, distribuyendo el juego con criterio y buscando filtrar pases entre la densa defensa de Platense.

A pesar de ello, ese dominio, que las estadísticas reflejarían con una posesión superior al 75%, se volvía innecesario a medida que se acercaba al área. Las ocasiones de gol no llegaban con la fluidez deseada. Un remate de media distancia que se fue desviado y un cabezazo de Miguel Borja tras un córner que el arquero visitante controló sin problemas fueron los únicos avisos en los primeros veinte minutos.

Platense, bien agrupado en un esquema 4-5-1, cerraba los caminos interiores y obligaba a River a recurrir a centros laterales que eran sistemáticamente despejados por su sólida zaga central. La frustración comenzaba a flotar en el aire del Monumental, mientras los minutos transcurrían sin que el marcador se moviera.

Un Segundo Tiempo con reacción y sobresaltos

Apenas pasado el entretiempo, se esperaba una versión de River más incisiva, pero fue Platense quien sorprendió ajustando sus líneas. El equipo “Calamar” adelantó su bloque unos metros y, con la confianza renovada, comenzó a disputar la posesión en el mediocampo. Su plan era certero: resistir y aprovechar los espacios que River dejaba en su afán ofensivo. Y la oportunidad llegó.

Cerca del minuto 60, una pérdida de balón de Enzo Díaz en la mitad de la cancha originó un veloz contraataque liderado por Guido Mainero. El extremo desbordó con velocidad y lanzó un centro rasante que cruzó toda el área y que, por muy poca distancia, no llegó a conectar el delantero de Platense. Fue el primer gran susto para el público local y una advertencia de la peligrosidad del rival.

Este aviso despertó a River, que volvió a la carga con más ímpetu que claridad. Fue entonces cuando emergió la figura de su talento más brillante. El ingreso de Facundo Colidio buscó aportar frescura, pero la muralla defensiva de Platense, cada vez más agigantada, parecía infranqueable.

River comienza a extrañar a Franco Mastantuono

En lo que fue el 2025, si hubo un punto de luz en la ofensiva de River, llevó el nombre de Franco Mastantuono. Con apenas 17 años, el joven no solo asumió la responsabilidad de crear juego, sino que lo hizo con una naturalidad asombrosa. Cada intervención suya generaba peligro.

Su consolidación como titular ya no es una promesa a futuro, como demuestra su pase al Real Madrid. Para los aficionados que desean profundizar en métricas de rendimiento y entender con datos cómo un jugador como Mastantuono impacta en el juego de su equipo, plataformas como NerdyTips ofrecen análisis detallados generados por inteligencia artificial, herramientas ideales para quienes buscan ir más allá del marcador y comprender las tendencias tácticas y el desempeño individual.