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River en la Liga

Pasó desapercibido: el gesto antideportivo de Lema con Armani en la previa del Superclásico

El defensor no se olvidó de su cruce con el Pulpo en el Monumental y quedó bajo todas las miradas.

Armani

Aunque el Superclásico comienza a quedar en el camino para River, continúan saliendo detalles a la luz. Uno de los más llamativos tuvo lugar justo antes del silbatazo inicial, durante el saludo protocolar entre ambos equipos. En ese momento, volvió a hacerse presente un problema pasado entre Cristian Lema y Franco Armani, que hasta el día de hoy tiene repercusiones: mirá cuál fue el gesto del defensor.

Desde la previa, se palpitaba un Superclásico bastante picante. Y así terminó siendo, ya que ninguno regaló nada y ambos equipos jugaron con el cuchillo entre los dientes. Pudo observarse en cada cruce, patada y encontronazo, que elevaba el termómetro del partido y dejaba en evidencia la importancia de quedarse con los tres puntos.

Sin embargo, no fue necesario esperar al comienzo del cruce para que esta realidad quede en evidencia. Resulta que, durante el saludo protocolar, Cristian Lema le negó el saludo a Franco Armani. El Pulpo entendió rápidamente la postura del defensor y lo ignoró, por lo que siguió saludando al resto de los jugadores de Boca y empezó a prepararse para el comienzo del compromiso.

Para entender este chispazo es necesario remontarse al Superclásico pasado, el cual tuvo lugar en el Estadio Monumental. En aquel encuentro, Cristian Lema y Franco Armani protagonizaron un acalorado cruce, que se extendió hasta la entrada del túnel. Como quedó a la vista, el marcador central no se olvidó de esta pelea y continúa con la sangre en el ojo con el oriundo de Casilda.

El cruce previo entre Armani y Lema

Tras el cierre del Superclásico pasado, Cristian Lema le dijo algo a la pasada a Franco Armani. El arquero reaccionó con un ‘cortito’ en la espalda, que desató la furia del central: “Pedazo de cornudo, gorriado, ¿qué me pegas?“, gritó el jugador de Boca. Todo siguió en el túnel camino a los vestuarios, donde debieron interceder el resto de jugadores para que no se vayan a las manos.