El partido entre River y Atlético Tucumán dejó mucha tela que cortar durante estas horas. Porque hubo varios puntos a tener en cuenta en el encuentro, sin embargo, los protagonistas fueron tres: Martín Demichelis, Esequiel Barco y Miguel Borja. El volante no le cedió el penal al delantero aunque el DT dio la orden. Igualmente, el colombiano tuvo un gran gesto.
Cuando todo el mundo imaginaba que en caso de haber un penal, el encargado sería Miguel Borja, la situación no fue así. Y en la noche tucumana esto quedó en evidencia. Porque cuando el árbitro Nazareno Arasa marcó la infracción, Barco tomó la pelota y no quiso dársela a ninguno de los atacantes presentes. Esto provocó un gran enojo.
Principalmente en Borja, porque quería continuar con su racha goleadora de convertir en encuentros consecutivos. Sin embargo, el ex Independiente no quiso saber nada con cederlo y pateó. Pero, claro, el primer tiro desde los doce pasos fue nulo, aunque Devecchi se lo atajó. Porque el VAR determinó que hubo invasión y tenía que volver a ejecutarse.
En el segundo intento, Barco lo mandó a las nubes. Por lo que, una vez más, todo quedó en cero. Y River no logró sacar la diferencia para quedarse con un triunfo de visitante. Obviamente, se pudo ver los rostros de Borja y de Demichelis tras la decisión de Esequiel. Desazón, bronca e impotencia. Pero, igualmente, el colombiano tuvo un gran gesto.
Mientras el plantel de River se retiraba a su vestuario, Borja se acercó a Barco. El volante era uno de los últimos en la fila y se veía visiblemente conmovido por lo sucedido. Entonces, el delantero lo abrazó, dándole ánimos y le dio a entender que no pasaba nada. Que todo era una situación de partido. Seguramente, así quedará la historia.