Los primeros tramos del partido fueron complicados para River. Es que Atlético Tucumán cortó la salida del Millo y jugó rápido para ponerse de frente al arco. En este contexto debió aparecer la figura de Franco Armani, que una vez más se mostró seguro y desactivó cada uno de los intentos del Decano. A su vez contó con una cuota de fortuna, debido a que el local no estuvo del todo preciso en la definición.
A partir del primer cuarto de hora el equipo de Martín Demichelis logró salir del apuro e intentó asociarse para generar peligro. En uno de estos avances llegó una oportunidad dorada, luego de un centro de Andrés Herrera que mató dentro del área Facundo Colidio. Luego de un rebote, Nacho Fernández punteó la pelota y fue derribado, por lo que el árbitro marcó la pena máxima.
Pese al pedido y posterior enojo de Miguel Borja, Esequiel Barco se hizo cargo del penal: centró demasiado su remate y José Devecchi despejó con el pie. Pero después de la revisión del VAR, Nazareno Arasa marcó invasión de zona y repitió la ejecución. Así se dio una jugada insólita: Martín Demichelis pidió que el penal lo patee el colombiano, pero el ex Independiente hizo caso omiso y volvió a asumir la responsabilidad.
Acto seguido, Barco agarró la pelota muy de abajo en su remate y la tiró por encima del travesaño. A partir de ese momento al entrenador millonario se lo notó muy molesto, y rápidamente mandó a calentar a Franco Mastantuono. Más allá de esta determinación, Demichelis no realizó modificaciones y mantuvo a los mismos once durante la primera mitad.
Para colmo, el local siguió buscando y estuvo a punto de abrir el resultado. Aunque todo quedó en un susto para el Millo, debido a que Estigarribia desperdició una chance inmejorable. Por otra parte Borja tuvo la suya: picó solo tras un tremendo pase de Nicolás Fonseca, pero Devecchi salió rápido y evitó el festejo. En definitiva, ninguno logró abrir el partido y el resultado no se movió en Tucumán