Una noche para el olvido. River había conseguido el empate parcial ante Banfield en el Estadio Monumental y con todo el aliento de su gente. El tanto de Miguel Borja fue una envión anímica fuerte y parecía que llegaría el segundo. Pero dos minutos más tarde, la visita consiguió la ventaja por medio de Julián Palacios. Y Marcelo Gallardo tuvo una increíble reacción.
Tras la derrota en el Superclásico, se esperaba que River levantara cabeza. Que lo del domingo sea borrón y cuenta nueva. Sin embargo, se dio todo lo contrario. Los de Marcelo Gallardo cayeron 2-1 en su propia casa. Y de esta manera estiran una irregularidad constante en lo que van del año y se alejan de la pelea por la Liga Profesional.
Un desarrollo de juego muy escaso por parte del local. Y el elenco del Sur no dejó pasar su oportunidad. Aprovechó los errores y en un abrir y cerrar de ojos logró el triunfo. Lo más llamativo y exponiendo lo que significó este partido fue la reacción de Gallardo en el segundo gol. No pudo creerlo y lo hizo saber con sus gestos en esos momentos.
El rostro de incredulidad del DT fue elocuente: bajó su cabeza y la movió en dos ocasiones. Se mordió la boca y luego sonrió de forma irónica por el grito que definió la victoria del equipo de Claudio Vivas. Este tanto, sorpresivamente, llegó luego de la salida de un lateral y tras una chilena que no pudo concretar Ramiro Enrique. El rebote lo tomó Palacios y con un remate cruzado venció a Armani.
De inmediato, los hinchas presentes en el Monumental comenzaron a cantar, “Movete River, movete, movete dejá de j****”. Sin embargo, sus jugadores mostraron una actitud positiva ya que buscaron algunas oportunidades. Y así, convirtieron en figura al arquero Facundo Cambeses, quien tuvo cinco intervenciones claves para evitar otros tantos.